El oratorio: recinto solemne de espiritualidad

El oratorio de Rituales es el corazón simbólico del crematorio, un lugar de paz y homenaje. Guiados por la tradición ancestral mexicana y las culturas maya y azteca, donde las ceremonias de despedida se realizaban en lo alto de las pirámides como un nexo con los dioses, el arquitecto Felipe Uribe de Bedout diseñó una estructura única para el ritual funerario. Inspirado en la pirámide, el cubo y la esfera —figuras geométricas puras—, Uribe de Bedout creó un edificio que nace de la tierra (la Pachamama) en forma piramidal

Un cubo que simboliza la trascendencia

El oratorio es un cubo perfecto de 17 metros de altura, que representa una urna de cenizas con la tapa ligeramente levantada. Este detalle simboliza la separación del alma en el momento de la muerte, cuando el espíritu se libera del cuerpo y asciende hacia el Ser Supremo: Jesús, Yahvé, Dios, Fuente, Universo… cada quien lo nombra según su creencia. A lo largo de la historia humana, la muerte ha sido reconocida como un paso a lo trascendental, un misterio que aún no logramos comprender en su totalidad.

Un espacio de despedida y conexión espiritual

El oratorio, como recinto de homenaje y despedida, es un espacio ecuménico con un salón simétrico y un techo alto que simboliza la grandeza de la “Casa del Señor”. Sus lámparas cilíndricas, colgantes desde el techo, evocan la continuidad familiar y la conexión con el infinito, ese cielo anhelado por todos. Dentro del oratorio, un segundo nivel forma un corredor en torno al espacio central, donde se encuentran los nichos cenizarios destinados al reposo y la custodia de las cenizas.

Materiales que evocan significado

Los colores cálidos, inspirados en la tierra, envuelven el oratorio en una atmósfera de serenidad y conexión con lo natural. Estos tonos, junto con los materiales presentes en todo el espacio, refuerzan el simbolismo de la despedida y la memoria.

Al salir del oratorio, la familia se reencuentra con la vida, la naturaleza y los recuerdos. Porque “nadie muere mientras se le recuerde”.

Piedra

Que simboliza lo eterno.

Madera

Que aporta calidez al ser humano en un momento de trascendencia.

Metal oxidado

Que representa la transformación de los materiales y nos recuerda nuestra propia finitud.

La luz como símbolo de eternidad

Cuatro grandes luminarias laterales permiten la entrada de luz natural y simbolizan los cirios que tradicionalmente rodean un féretro. Son cuatro, como las estaciones del año, los puntos cardinales y los elementos esenciales de la naturaleza: tierra, aire, agua y fuego.

El primer: paso al más allá

Guiados por la mitología griega, su arquitectura se inspiró en esta para transformar un simple puente en un símbolo de trascendencia.

En la mitología griega existía un personaje llamado Caronte, conocido como el “barquero de Hades” o el “barquero del Inframundo”, quien, en su barca de madera, era el encargado de conducir las almas de los recién fallecidos a través del río Aqueronte, llevándolas de una orilla a otra, donde las esperaba Hades, el dios del Inframundo y de los muertos. Las familias, para pagar este servicio, debían entregarle un óbolo (moneda de plata), razón por la cual en la antigua Grecia los cadáveres se enterraban con una moneda bajo la lengua o en la cuenca de los ojos.